Son diferentes los frentes de trabajo con los que el alcalde de Armenia, José Manuel Ríos Morales busca consolidar el que será el año de las obras de esta administración, con un presupuesto conjunto del ente central y las descentralizadas se reúne un recurso cercano a los 180 mil millones de pesos.
Inversiones como las que adelanta Empresas Públicas de Armenia, que para la vigencia 2022 supera los $52 mil millones; la construcción de los dos Paraderos de Ruta de Amable, por $15 mil millones; los $60 mil millones del Crédito con Findeter; los $30 mil millones de la avenida 19 norte (valorización); y los $20 mil millones de la Secretaría de Infraestructura, donde se encuentran proyectos tan relevantes como la calzada norte sur de Malibú; escenarios deportivos para Juegos Nacionales; y la recuperación de la malla vial de Armenia, entre otros.
Todas las anteriores hacen parte de los procesos contractuales en los que desde el inicio de la actual vigencia se vienen adelantando por las diferentes entidades y que empezarán a dar sus frutos en el segundo semestre.
Dicen que la vida en la calle es difícil, sola y vulnerable. Probablemente Jorge Arturo Villada vivió los momentos más complejos de su vida allí. “Estuve un tiempo tirado en la calle por malas decisiones y malas compañías, por eso estuve donde no tenía que estar”, expresó, desde su nueva condición.
Sin embargo, la vida también está llena de oportunidades, y la historia de Jorge es digna de ser contada. No fue un proceso fácil, pues su recuperación tardó meses. Empezó con la desintoxicación en la Clínica El Prado, con el acompañamiento del grupo del programa de Habitante de Calle de la Secretaría de Desarrollo Social, y después de varios meses terminó su recuperación en el Hogar de La Misericordia.
“Me ayudaron a salir adelante y me enseñaron que ese mundo en el que estaba no servía para nada. Yo voy con ellos de la mano, porque me ayudaron a buscar nuevas maneras de vivir”, explicó Jorge.
Un tiempo después, la vida de este hombre ha cambiado poco a poco. Jorge ahora tiene un trabajo digno y apasionante, junto a animales en el Parque Panaca. Su vida se ha convertido en ejemplo de superación y este hombre, que un día perdió todo y solo deambulaba por las calles sin razón, hoy es un nuevo hombre, viviendo nuevamente con su familia y una moto, la cual recuperó, después de haberla perdido en sus tiempos de habitanza en calle.
Mary Luz Ospina García, jefe de la cartera Social, manifestó que se busca trabajar de la mano con las entidades privadas y los actores sociales de la ciudad con el objetivo de obtener mejores resultados. “Agradecemos a Panaca por vincularse con estas oportunidades laborales con dos personas ex habitantes de calle, y así mismo, por seguir vinculando a otras personas que necesitan un proyecto de vida”, explicó.
Durante dos años, en palabras que él mismo pronuncia, Diego Alexander Villa Rojas se la pasó “tirando indigencia, viviendo de la limosna y hasta robando en la calles de Armenia”. Estaba sin rumbo, y la Alcaldía, a través de su programa de Habitante de Calle, le dio la oportunidad de empezar su proceso de superar su situación, a lo que él accedió.
Empezó su recuperación en el Hospital Mental de Filandia, donde estuvo tres meses. Al salir, llegó a la Casa Hogar La Misericordia, donde durante seis meses terminó sus estudios en el Rufino José Cuervo Sur. También, sacó su cédula nuevamente, pues la había perdido en tiempos de calle.
Después de todo este proceso, resultado de la articulación de la Alcaldía con diferentes entidades e instituciones, a Diego se le presentó la oportunidad de laborar en Panaca, donde actualmente trabaja en la Estación de Ganadería.
“Muchas gracias a la Alcaldía y a la familia Panaca, por ser parte de este proceso y de mi cambio, por ser comprensibles conmigo y muchas personas más que lo intentan”, enfatizó Diego.
Desde la Fundación Panaca, Isabel Cristina Bonilla, coordinadora de Seguridad y Salud en el Trabajo, reconoció la importancia del trabajo en conjunto entre el sector público y el sector privado. En palabras de ella, aparte de ser un proyecto bonito, se contribuye con volver hacer personas, por medio del sentir que genera el compartir con animales.
En un segundo intento, Arlesa Blandón Díaz aceptó acogerse a la ruta de atención de habitante de calle que tiene la Administración Municipal, por medio de la cual en primera instancia se expidió el certificado de persona en dicha situación, para pasar después durante 20 días, en hospitalización necesaria en la Clínica Central.
Al salir de allí, se le acompañó a la Registraduría para expedir nuevamente su cédula. Como resultado de la articulación con entidades e instituciones, quedó a cargo de profesionales en el Centro de Bienestar del Anciano El Carmen, quienes cuidarán de ella.
Arlesa tiene 80 años, es oriunda de Sevilla, Valle del Cauca. Según testimonio de ella misma, tiene dos hijos, quienes al parecer viven en dicho municipio. Cualquier información sobre sus familiares puede ser enviada al correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..