El conflicto armado en Colombia ha dejado una huella tan grande que aún vive en los corazones y la piel de aquellos que lo han padecido, incluso en quienes fueron partícipes de él, siendo espectadores de actos tan brutales que lastimosamente hacen parte de nuestra historia. El conflicto para esta nación ha significado la pérdida de miles de vidas, pero también, la pérdida de la fe y de la identidad, que aún queremos recuperar.
Nora Elisa Vélez Ortiz, coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas de Armenia, es clara, “el conflicto a nosotros que lo hemos vivido en carne propia nos ha dejado una marca que aún enfrentamos, a nivel psicológico, psiquiátrico, moral y espiritual. Muchas veces ese monstruo llamado conflicto lo sufrimos en nuestro cuerpo y nos sigue en nuestros sueños”.
Y es que quizás las proporciones de los vejámenes sufridos por nuestros compatriotas no son ni la mitad de lo que nos han contado, tal vez haya más tela por cortar como dice un refrán popular, pero lo que si es claro es que la tristeza de ver una gran cantidad de hombres y mujeres armados quitándose la vida entre sí, ha sido el escenario más común en 60 años de un país que conserva vestigios de la guerra.
Las víctimas, según Nora Elisa, quieren voz. Quieren contarle al mundo lo que realmente pasó. Las desapariciones forzadas, el reclutamiento de niños niñas y adolescente, el desplazamiento, las minas antipersonas, los disparos y las metrallas, según ella no pueden ser olvidadas, pero no desde la guerra porque el acuerdo de paz ha sido un triunfo, sino desde lograr incentivar la conciencia y trabajar por un país que recuerde, con memoria y así no repetir una historia tan catastrófica como la que ya vivieron.
El desplazamiento forzado es una muestra del enorme impacto del conflicto en Colombia comenta Nora Elisa, pues este causó la disgregación de los hogares. Quizás por muertes, pero sobre todo por salir huyendo de sus familias para protegerlas, para salir a buscar un mejor futuro con la posibilidad de no volver jamás. Familias enteras que jamás se volvieron a encontrar, padres que no vieron crecer a sus hijos y rostros que se volvieron ajenos para las personas que los vieron nacer.
“Nosotros estamos convencidos que la memoria histórica es necesaria para que esto no se vuelva a repetir. Para ello estamos trabajando de forma conjunta con diferentes instituciones de la ciudad, entre ellas la Alcaldía de Armenia, quienes tiene la voluntad de hacer parte de este cambio para nosotros las víctimas, para que escuchen nuestras voces y sepan de verdad qué es un conflicto armado y porqué no lo queremos más” aseguró Vélez Ortiz.
“Si escuchamos las voces de quienes han sido víctimas hay verdad, si hay verdad hay justicia y con la justicia llega la reparación, y la reparación, sin duda alguna, lleva a la no repetición de una guerra que jamás queremos vivir y que no queremos que nadie viva”.