Dentro del proceso de ordenamiento de ciudad que lidera el Departamento Administrativo de Planeación Municipal, se adelantan acciones de bioingeniería para la estabilización de laderas y delimitación de drenajes naturales en área urbana. En este sentido, se están ubicando 10 kilómetros de cerco muerto para generar una barrera que evite el depósito de residuos o escombros a las cuencas hidrográficas y 5 mil metros lineales de trincho o muros transversales para disminuir la velocidad del agua.
De esta forma, la Administración Municipal evita que se generen procesos erosivos que puedan desencadenar eventuales deslizamientos y, a su vez, crea una barrera que impide el ingreso a las zonas de quebradas para mitigar la contaminación ambiental y la generación de nuevos asentamientos subnormales en la zona.
Reposición de tres hectáreas
Diego Fernando Ramírez, subdirector de la cartera de Planeación Municipal, indicó que este proceso incluye la reposición de tres hectáreas de nueva vegetación que a futuro, cumplirán esta función de delimitar la zona de forma natural: “lo estamos haciendo con especies que sean de aporte y gran enraizamiento, precisamente para evitar posibles deslizamientos de ladera”.