Con el objetivo de reducir los riesgos y daños a la salud ocasionados por el consumo de drogas inyectables, la Secretaría de Salud obtuvo $192 millones del Fondo Nacional de Estupefacientes para apalancar las acciones que desarrolla el Centro Escucha con esta población de alta vulnerabilidad, ubicado en el primero piso del CAM.
Aproximadamente, el 50% de este recurso será destinado a la compra de material estéril, entre el que se encuentran pruebas rápidas de VIH, hepatitis B y sífilis, con el fin de prevenir y diagnosticar oportunamente posibles enfermedades de transmisión sexual.
El programa reconoce la importancia del acompañamiento de la familia, tanto en la prevención como en el tratamiento, si ya hay consumo. Nora Rubi Henao Gil, psicóloga líder del proyecto, invitó a los padres y/o cuidadores a “disminuir la exposición a situaciones de consumo o, si ya hay casos de SPA en el hogar, expresar su acompañamiento y buscar ayuda”.
La funcionaria dijo que el interés es identificar a la población consumidora de drogas inyectables, para “mostrarles que hay otra vida fuera de las drogas” y, por medio del talento humano en salud, involucrado en el proyecto, realizar una atención completa y oportuna en términos de salud física y mental.